Apóstol Iván García
Hay personas que cuando hablan, están bloqueando lo que Dios quiere hacer, porque hablan cosas terrenales. Pero cuando usted dice: Padre, habla que tu hijo escucha y hará conforme a lo que mandes está diciendo que la palabra de Dios está por arriba de todas las cosas. Por eso hoy lo invito a que pueda ir modificando su manera de hablar para no bloquear lo que Dios tiene para su vida. El reino de Dios no es como en otras cosas que por estar muchos años va a recibir un premio, usted tiene que ir creciendo todo el tiempo e ir alcanzando la madurez espiritual. Tiene que ir reconociendo el propósito de Dios para su vida e ir caminando en eso e ir manifestando la gloria de Dios.
Desde el principio Dios lo creó para dominar las circunstancias y tiene que comenzar a vivir la vida en la plenitud de lo que Jesús le dio. El gozo, la paz, la plenitud de las bendiciones, todo eso está establecido para que se manifieste en cada área de su vida.
Usted tiene el poder espiritual a su favor para empezar a hacer que se abran caminos nuevos y de gran bendición en toda su casa y en toda su familia. Ese fue el plan de Dios para su vida como en el Jardín del Edén, porque a veces queremos acomodar nuestra vida a como está el mundo y como están las posibilidades. Pero usted tiene que mirar y preguntarse ¿Por qué Dios hizo todo eso? La respuesta será porque Dios quería rodearlo de todo lo bueno, de lo mejor, de la plenitud y de la abundancia. Ahora que está recuperando todo en Cristo, está recuperando su Jardín del Edén. Lo que la gente ve como malo, usted lo ve como una oportunidad para la victoria.
Dios que es espíritu habló y las cosas fueron hechas. En esa relación usted también tiene que aplicarlo a su vida y creerlo en el corazón. Entonces hablará lo que Dios dice y no será un impedimento para recibir lo que él le quiere dar.
Oración: Padre, hoy quiero recuperar mi Edén. Viviré llenándome de tu Palabra y no me dejaré confundir por las cosas terrenales porque sé que tienes cosas grandes con mi vida en este tiempo. Te creo y quiero hacer tú voluntad. En el nombre de Jesús, amén.