(Foto/Archivo)
Pastor Reinaldo López
Iglesia Ekklesia Internacional, Fajardo
Comienzo mi escrito felicitando a la gerencia, editores, redacción y a todo el personal de este periódico por su aniversario. Qué grande gozo sentirme parte de un gran rotativo informativo y de noticias del país.
Sé que te sentirás identificado con la enseñanza que te comparto hoy porque, ¡qué mucho fariseo hay! Los fariseos eran personas pertenecientes a la gama “religiosa” del tiempo de Jesús. Ellos tenían una característica crucial y era que les encantaba que les reconocieran que lo “sabían todo”.
Los fariseos del tiempo de Jesús eran muy peligrosos porque vivían pregonando el cumplimiento de su ley de forma cruel y sin misericordia. Ellos pretendían “agradar” a Dios incitando el odio y el juicio en contra de aquellos que según ellos no cumplían con la ley.
La buena noticia fue que Jesús llegó. Jesús aparece en el panorama con la misión de parte de Dios de exponer un mensaje que revolucionó la ley y que también revolucionó la gente de aquel entonces. Jesús era una gran estrategia de Dios para demostrar su amor más allá de la condenación y de la vida del yugo que predicaban los fariseos “maestros de la ley”.
Jesús vino a demostrar el verdadero cumplimiento de la ley. La Biblia relata un encuentro real entre Jesús y los fariseos en Juan 5: 1 al 18 cuando Jesús se encuentra un paralítico de algunas décadas de enfermo, el famoso paralítico de Betesda. Jesús lo ve, lo sana, lo levanta y le pide que se retire con su lecho en la mano (lecho es la camilla donde dormía) hasta que lo ve un judío fariseo en el templo y le recrimina que está caminando con su lecho en la mano el día de reposo. La ley decía, según los fariseos ,que el día de reposo no se podía trabajar, incluso estaba prohibido andar con el lecho en la mano.
¿Cuál es la problemática de este evento? Ninguno de los fariseos que vieron al exparalítico caminando, después de décadas de haber estado paralítico, se fijaron en su sanidad. Ellos solo vieron el lecho y que era día de reposo y le preguntaron la razón del porqué estaba caminando a lo que respondió que Jesús le había sanado. Ellos comenzaron una cruzada de persecución contra Jesús solo porque decían que violaba la ley sanando a un enfermo tanto que pretendían matarlo.
Ellos jamás quisieron ver la buena obra que Jesús estaba haciendo por ese enfermo que nadie había curado. Solo vieron con el motivo de criticar, juzgar y acusar lo que ellos interpretaron como una “violación a la ley”.
Así pareciera yo ver a muchos fariseos contemporáneos o los que yo catalogo los fariseos de hoy. Una de las características de ellos es que no hacen nada, han fracasado en todo, pero lo critican todo y creen tener derecho de juzgar y criticar a los demás. Ellos creen ser la ley, los más espirituales para “discernir” las cosas y para condenar a otros.
Otra de las características de los fariseos de hoy es que creen tener la verdad de todo. Solo ellos tienen la verdad y solo ellos son capaz de ver “más allá”. La mayoría de las veces nadan solos en contra de la corriente porque creen haber sido llamados para eso, pero sus frutos hablan de otra cosa contraria a lo que Jesús estableció.
Amigo o amiga que me lees, nunca dejes de hacer lo que Dios te habló o lo que Dios te llamó a hacer por que un fariseo de hoy te critique o viva criticando todo lo que te propones. Recuerda que la mayoría de esos fariseos de hoy fracasaron en su ministerio, en su vida familiar, en su matrimonio, en su trabajo, en sus entornos están críticos y viven frustrados queriendo destruir tus sueños. Jesús dijo: por sus frutos y evidencia ustedes sabrán quiénes son quién. Ninguna persona que esté teniendo éxito en lo que hace se enfoca en lo que otro hace porque pierde el norte.
Hay fariseos tan lejos de ti como tan cerca y siempre los habrá. El problema no lo tienes tú. Siempre y cuando tú continúes trabajando en la visión que Dios te dió estás bien. No te enfoques en la crítica de los fariseos de hoy. Jesús nunca los escuchó y cuando se encontraba con ellos los confrontaba y continuaba.
Recuerda que puedes escuchar mis prédicas todos los domingos a las 1:00 p.m. en mi programa “Tu Victoria es hoy” en Inspira 88.1fm o visitar nuestra iglesia Ekklesia los domingos a las 10:30 a.m. y los miércoles a las 7:30 p.m.
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