Posiblemente en algún momento de tu vida te preguntaste: ¿Qué tiene Dios para mí cuando recibo a Jesucristo en mi corazón? En el capítulo 15 de Juan -entre otras cosas- te dice cuál es el propósito de Dios en la vida del hombre, y dice: “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto”, Juan 15:1-2.
La voluntad de Dios para con el hombre es que cada uno de nosotros podamos dar frutos. El “pámpano” representa a cada persona y cuando recibes en tu corazón a Jesucristo, que es la vida verdadera, serás pámpano que da frutos; y el fruto más importante que puede tener alguien que conoce a Jesús es la vida eterna.
A partir de este momento conéctate a la vid verdadera y permite que el Padre Celestial te limpie para que des más frutos.