Pastor Abner Hurtado
Hay una historia maravillosa en el Libro de Lucas 13:10-13 que dice: “Enseñaba Jesús en una sinagoga en el día de reposo; y había allí una mujer que desde hace dieciocho años tenía un espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar. Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: Mujer, eres libre de tu enfermedad. Y puso las manos sobre ella; y ella se enderezó luego, y glorificaba a Dios”.
Hoy te digo, las peleas, los celos, la ira, la disensión, las discusiones; todas estas situaciones que se generan en la vida han encorvado familias, personas y relaciones, y en el momento en que tratan enderezarse no consiguen hacerlo, pero – ¿Por qué no pueden lograrlo? – y es donde tienes que escudriñar tu corazón y el resentimiento o rencor que pueda existir debes dejarlo a un lado porque es lo que no te permite caminar erguido.
Dice la Biblia que aquella mujer no logró enderezarse hasta que Jesús llegó a su vida ¡Qué bendición! La tomó de su mano y ella pudo caminar sin ningún tipo de limitación, como nunca lo había hecho.
Te invito a que aceptes a Jesús en tu vida, deja que tome tu mano, deja te limpie con su preciosa sangre, y podrás caminar recto espiritualmente. ¡Créelo! Cuando dejas entrar a Jesús en tu corazón e incluso en el de tu familia verás como Él endereza los caminos, y lo que un día te hizo sentir mal, hoy será de bendición para ti.